Eva Green (Rebecca) sostiene con su brillante interpretación una película inclasificable en la que el drama y un cierto toque de ciencia ficción despierta en el espectador una creciente inquietud. Hablamos de Womb, producción dirigida por Benedek Fliegauf (Vía Láctea, Dealer) cuya traducción sería útero o matriz.
Rebecca y Thomas se conocen cuando son niños y se enamoran el uno del otro a pesar de su juventud. Sin embargo, Rebecca debe emprender un viaje a Japón y abandonar el pueblo marítimo en el que le ha conocido. Ya siendo adulta, regresa a él con el ánimo de reencontrarse con Thomas. Su atracción sigue siendo tan profunda, que él abandonará a su novia para estar con ella. Sin embargo, un accidente fortuito le lleva a perder la vida. Rebecca, consumida por la desesperación emprenderá el camino más complicado para recuperar a Thomas: utilizar su ADN para clonarlo implantándoselo ella misma.
De esta forma, Rebecca se enfrenta a toda una serie de sentimientos encontrados que oscilan entre el amor materno y el deseo sexual que culminará en un choque frontal entre ella y Thomas una vez que se convierte en un hombre adulto y radicalmente dividido en dos por pasiones que no alcanza siquiera a comprender.
Aunque el ritmo interno de la película es lento, no es menos cierto que es exactamente el que requiere una historia intimista, en la que la feminidad de Rebecca se ve constantemente debatida entre las aguas de la pulsión sexual que siente como mujer y el cariño protector de una madre.
También es cierto que la película podría dar más de sí como relato de ciencia ficción, pero su rastro se diluye ante la fuerza del drama y la tensión que existe entre los dos personajes principales, condenados a la insatisfacción y al frío que envuelve el entorno. La escala cromática de la fotografía vira irremediablemente a los tonos azules y los planos largos tratan de alejar una historia que por lo demás resulta asfixiante.
Rebecca y Thomas se conocen cuando son niños y se enamoran el uno del otro a pesar de su juventud. Sin embargo, Rebecca debe emprender un viaje a Japón y abandonar el pueblo marítimo en el que le ha conocido. Ya siendo adulta, regresa a él con el ánimo de reencontrarse con Thomas. Su atracción sigue siendo tan profunda, que él abandonará a su novia para estar con ella. Sin embargo, un accidente fortuito le lleva a perder la vida. Rebecca, consumida por la desesperación emprenderá el camino más complicado para recuperar a Thomas: utilizar su ADN para clonarlo implantándoselo ella misma.
De esta forma, Rebecca se enfrenta a toda una serie de sentimientos encontrados que oscilan entre el amor materno y el deseo sexual que culminará en un choque frontal entre ella y Thomas una vez que se convierte en un hombre adulto y radicalmente dividido en dos por pasiones que no alcanza siquiera a comprender.
Aunque el ritmo interno de la película es lento, no es menos cierto que es exactamente el que requiere una historia intimista, en la que la feminidad de Rebecca se ve constantemente debatida entre las aguas de la pulsión sexual que siente como mujer y el cariño protector de una madre.
También es cierto que la película podría dar más de sí como relato de ciencia ficción, pero su rastro se diluye ante la fuerza del drama y la tensión que existe entre los dos personajes principales, condenados a la insatisfacción y al frío que envuelve el entorno. La escala cromática de la fotografía vira irremediablemente a los tonos azules y los planos largos tratan de alejar una historia que por lo demás resulta asfixiante.
Nota: 7/10
Lo mejor de la película: la magistral forma en la que se plasma la soledad y la espera, consiguiendo una perfecta comunión entre el locus y la trama. En este sentido, las localizaciones son un personaje más al servicio de la historia.
La polémica: no pocas escenas de la película le ponen a cualquiera los pelos de punta, pero sin duda, la secuencia que ha sembrado la polémica es aquella en la que madre e hijo están en la bañera y el niño se pone en pie en ella para cantar. La inociencia del chiquillo encalla de bruces contra el amor enfermizo que su madre le profesa.
El talón de Aquiles: el Thomas adulto no está a la altura de la contenida interpretación de Eva Green cuya mirada transmite más a través del silencio que mil palabras.
El talón de Aquiles: el Thomas adulto no está a la altura de la contenida interpretación de Eva Green cuya mirada transmite más a través del silencio que mil palabras.
Es una película bastante interesante. La vi en Sitges 2011 y he de reconocer que al finalizar la sesión salí de la sala un poco desconcertado. Es en algunos momentos muy lenta,pero tiene planos de gran belleza y el fondo de la historia da pie a una reflexión más profunda. Y esta es la grandeza de Womb, porque a medida que pasaban las horas y los días más me gustaba lo que había visto: es un film de digestión lenta, muy recomendable.
ResponderEliminarSi tenéis oportunidad no os la perdáis.
Hola Miguel: añado tu blog a mi lista de favoritos, enhorabuena por tu trabajo y un saludo.
ResponderEliminarRaquel
al principio de la película ella está embarazada y dice "Perhaps all I ever needed was this gift. The one you gave to me at the end." se refiere a que Thomas (clon) la embarazó? o se refiere a cuando está embarazada del clon?
ResponderEliminarEl tommy clon la embarazó.
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