¿Siguen todos ustedes ahí? ¿Nadie se atragantó con alguna uva de la suerte? Quizás eso es lo que les hubiera gustado, para así no tener que hacer ahora frente a esos excesos navideños que nos han hecho coger esos kilos de más, y es que la mejor solución para evitar esto es la prevención, o si ven que no van a poder con ello, sellarse la boca con una grapadora industrial, o en su defecto, ya cometidos los diversos pecados gastronómicos aguantarse o pasar por una trituradora de carne, y es que como bien saben, lo que no mata engorda.
Y entre todo este popurrí calórico recordé esta película de Tom Holland, basada en la novela de Stephen King (que escribió bajo el seudónimo de Richard Bachman). La película nos sitúa en un pequeño pueblo, donde todos se conocen (cosas de pueblos) en el que vive el obeso y exitoso abogado Billy Halleck. Disfruta de una buena y acaudalada vida, acompañado de su mujer y su hija, con la única preocupación de las insistentes preocupaciones de éstas sobre salud y sus peticiones de que siga una dieta sana.
Una noche, tras salir de una fiesta y dirigirse a su domicilio, su mujer intenta hacerle ver que hay cosas más importantes en la vida que la comida, para ello utiliza una serie de tácticas muy poco recomendables para llevar un coche en marcha. En un momento de descuido de Billy atropella a una anciana gitana, perteneciente a una tribu de gitanos nómadas que van de feria en feria, y que es la hija del longevo patriarca de la tribu. La suerte esta vez no parece estar del lado de nuestro “gran” amigo, pues la anciana muere en el acto.
A los pocos días se realiza una vista judicial, con un policía como testigo y el juez, ambos amigos de Billy, con una más que dudosa sentencia de inocencia, Billy sale absuelto. Lo que no se espera es que al salir del juzgado, el viejo patriarca le esté esperando: éste se le acerca y tocándole la mejilla le dice “más delgado” y se va, un escalofrío recorre el cuerpo del abogado que decide no darle más importancia.
Según van pasando los días Billy está muy feliz, la no-dieta que está realizando está haciendo efecto, perdiendo de uno a dos kilos por día. Al ver semejantes resultados su mujer comienza a preocuparse, a lo cual el abogado la rebate que nunca está contenta con nada.
Lo que pone en alerta a Billy de que quizás los resultados no sean debidos a la no-dieta y si a algo más oscuro de lo que preocuparse… y es que sus amigos el policía y el juez están sufriendo raras enfermedades de la piel. Asustado, nuestro protagonista no deja de perder peso vertiginosamente, a la vez que su cordura, que parece abandonarle a pasos agigantados. Su mujer le recomienda internarle en una clínica especializada en problemas de peso, a la que acude no muy convencido, a la vez que va perdiendo kilos. Billy va perdiendo la confianza en su mujer, piensa que está manteniendo una relación con uno de los médicos y que la culpa de que el gitano le maldijera es suya, así que con un gran sobreesfuerzo debido a su debilitado estado de salud y su cada vez más enclenque cuerpo decide escaparse de la clínica para ir a buscar al anciano gitano y que le quite la maldición.
Al encontrar al viejo gitano y rogarle por las buenas y las malas que le libre del maleficio, la sorpresa de Billy llegara al acceder el viejo y ver que para deshacerse de la maldición solo puede pasársela a otra persona. Para el rito el viejo gitano le realiza a Billy un corte en la mano y derrama la sangre de este en un pastel, que tendrá que entregar a la persona elegida. El anciano gitano le advierte que el pastel ha de ser comido y que la persona elegida tendrá una muerte lenta y dolorosa, ¿qué hará Billy con el delicioso pero mortífero pastel?
De la película podemos destacar un reparto que aunque no es muy conocido sí es está muy entregado, entre los cuales podemos recalcar a: Robert John Burke (El precio de la ambición, Buenas noches y buena suerte), Joe Mantegna (conocido por sus múltiples papeles de mafioso a destacar El padrino III, actualmente le podemos ver en la serie Mentes criminales), Lucinda Jenney (S.W.A.T) y Michael Constantine (Mi gran boda griega).
Los efectos especiales de esta película rodada en 1996 desde mi punto de vista son muy buenos, sé que muchos de ustedes se pueden estar tirando de los pelos al leer esto, ya que las escenas en las que Billy tiene mucho exceso de peso se notan mucho las prótesis, pero estamos hablando de una película de bajo presupuesto de 1996. Yo personalmente me preocuparía más de una serie de fallos de guión que dejan varias cosas en el aire.
Como curiosidad el pequeño cameo del mismísimo Stephen King como boticario. Película para tarde dominguera pasada por agua, precursora de otras películas sobre maldiciones gitanas como la bastante más moderna, Arrástrame al infierno.
Bueno señores, hasta la próxima, ¡felices pesadillas!
-Gina V-
Nos preguntábamos ya dónde estaría Gina???jajjajaj, me gusto mucho la peli, me animó a leerme el libro y ver las diferencias; por ejemplo, lo que le hace la mujer en el coche, en el libro, ella se agacha más...Saludos!!!!
ResponderEliminar¿A qué te refieres con lo del coche?, ¿puedes dar más detalles por favor? :)
EliminarGracias Peter asi da gusto regresar jaja.Besos.
ResponderEliminarEste libro lo leí cuando era adolescente y me inquietó mucho. La peli no la he visto así que no puedo opinar.Me gusta tú crítica.
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