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Thrist, del alquimista Park Chan-Wook

Si Park Chan-Wook toca con su varita mágica un género lo hace para innovar, para hacer algo nuevo y diferente, como conferirle a "una de vampiros" una increíble carga realista y onírica a la vez mezclando el absurdo con lo sublime. Nada de capas, ni colmillos, ni estacas. Sin florituras, armando toda su sinfonía en torno a la sed que da título a la cinta, el coreano realiza una inmersión en la mente de un hombre atormentado por su sed de hacer el bien y su sed de sangre.

Aunque Thrist arranca despacio, con un largo preludio en el que se explica la evolución del personaje principal, un sacerdote que quiere sacrificarse prestándose como cobaya humana en un experimento médico, posteriormente se despliega tomando detalles de aquí y allá que nos hacen retrotraernos a dos universos que conocemos muy bien: el del cristianismo y el del vampirismo. Todo un reto para un realizador para el que ambos mundos eran, al menos antes de la realización de esta película, más bien desconocidos. Por supuesto, el desenlace de la peripecia médica no es otro que la conversión de nuestro sacerdote en un adicto a la sangre, que le llevará a buscar la satisfacción de sus pasiones y a sentir un irrefrenable deseo por lo prohibido.


Pero si algo destaca por encima de todo lo demás en esta película, es la capacidad de extraer poesía de los planos más inusitados. La representación del amor más puro y protector en unos zapatos, el remordimiento por el asesinato representado gráficamente en el muerto que nos persigue y no nos deja hacer nada, la reprobación en una mirada...


La voluntad de morir cuando se tiene la certeza de que solo se puede ir a peor y la voluntad de vivir por pura tozudez. El erotismo más descarnado y la expansión de los sentidos que se amplifican y se abren a dimensiones desconocidas. Todos estos ingredientes aderezan una trama en la que el amor es fundamental para comprender el cómo y el por qué.

Lejos de la perfección formal de su trilogía de la venganza (o menos redonda) pero desde luego creando escenas e historias siempre sugerentes (a veces espeluznantes, a veces graciosoa, otras sencillamente bellas), Park Chan-Woo nos lleva a transitar caminos desconocidos e imprevisibles consolidándose una vez más como uno de los directores favoritos de Quiero Cine. Nos gusta que los creadores arriesguen para ofrecer obras diferentes y él, lo hace como nadie.


Valoración: 7/10
Atento a: cómo cambia la actriz principal a lo largo de la película. El director, en rueda de prensa, comentaba cuánto le había costado encontrar a una actriz dispuesta a interpretar su papel...
Disfrutarás: viendo cómo se mueve nuestro vampiro, colgándose al revés de las cornisas y saltando de tejado en tejado. También te dejará buen sabor de boca el humor del final de la cinta (a pesar de todo).
Pero... está pasada de metraje, le habría ido realmente bien un montaje más dinámico, sobre todo en algunos momentos en los que realmente no se añade nada nuevo.

2 comentarios:

  1. Buena pelicula,este hombre todo lo que hace es genial.Tiene narices que las ideas mas grandiosas le vengan en el W.C. Lo mejor los planos y fotografia que toma el director a lo largo de la película y momentos dulces llenos de amor.
    Lo que me encantó es el final,no exactamente el hecho en sí,sino lo que hay detrás de todo.Estoy contigo en 7/10.

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  2. Coincidimos en calificación... y esperamos con ganas nuevas pelis de este director tan peculiar ;)

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