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COMO EL PRIMER DÍA... Ciudadano Kane: la soledad del poder

¿Qué es lo que hace grande a un hombre? Ésta no es la pregunta que responde Ciudadano Kane, pero sí lo que se plantean los periodistas con quienes arranca la narración en esta película memorable. Buscando el significado de “Rosebud”, las sílabas pronunciadas en su lecho de muerte por el magnate protagonista, un reportero pretenderá desentrañar el sentido de toda una vida y ofrecerlo en un documental que están preparando para su exhibición.

Solo, viejo y enfermo, Charles Foster Kane (Orson Welles) agoniza en una oscura habitación de su palacio Xanadu, fotografiado con la luz y los ángulos normalmente reservados a las tétricas mansiones de los films de terror. Pronuncia esa enigmática palabra y de sus manos resbala una de esas bolas que cuando se agitan llenan la estampa de falsa nieve. Una enfermera entra en la habitación para constatar que ha muerto y anunciarlo al mundo. Es lícito preguntarse cómo desde la habitación contigua oye la enfermera el susurro de un moribundo, pero –como suele decirse- si no, no hay película.


A partir de este momento, empieza la carrera por reconstruir una biografía polémica a través de los testimonios de aquellos que lo conocieron íntimamente. Cada uno de los entrevistados aporta una pieza del puzle, pero también sus propias opiniones, arrojando tanta luz como nuevas incógnitas sobre su personalidad. Así, es llamado fascista por unos y comunista por otros, unos señalan su interés en defender a los desprotegidos de los desmanes del poder y otros advierten que sólo satisfacía sus deseos egoístas de notoriedad. Ninguna de estas versiones será completamente falsa ni completamente verdadera.


En realidad, como iremos descubriendo poco a poco, Kane, al ser alejado de sus padres a una tierna edad, ha contraído una insatisfacción vital que le impide relacionarse normalmente con los demás y mucho menos amarlos. Como afirma en un momento del film: “Yo podría haber sido un gran hombre de no tener tanto dinero”. La riqueza que posee y esa necesidad de probarse a sí mismo que es una persona íntegra (incluso llega a escribir de su puño y letra un manifiesto para el periódico que dirige, el Enquire) es lo que acaba destruyéndolo. El idealismo inicial se convierte en aislamiento, su carácter se agria y termina paseando por su castillo en sombras como un ogro solitario en una descarnada exhibición de los estragos del tiempo y las corruptelas del poder. Varios de los personajes (por ejemplo, Susan, su segunda esposa, interpretada por la actriz Dorothy Comingore) muestran su compasión por el hombre que, a su vez, les obligó a alejarse de él. Por cierto, es digno de notarse el parecido del Vito Corleone interpretado por Marlon Brando en la primera parte de El padrino con el aspecto del viejo Kane. ¿Casualidad o homenaje?


El largometraje es apabullante en un sentido técnico, huyendo constantemente de la narración convencional para apostar por la profundidad de campo, los planos secuencia, los travellings, los picados y los contrapicados. Apenas existe la retórica plano/contraplano y, cuando se usa, es, en todo caso, con una intencionalidad específica y no meramente para vehicular una conversación a dos bandas. Sirva como ejemplo la excelente secuencia donde, con esta técnica, Welles muestra la desintegración de su matrimonio con su primera mujer, Emily (Ruth Warrick), desde los arrumacos de los enamorados a los reproches de los decepcionados y que acaba con ella leyendo el diario de la competencia en una mesa de desayuno en la que ninguno habla. La recopilación de saber cinematográfico y su aplicación revolucionaria ha seducido a los críticos de todas las épocas y Ciudadano Kane es, tal vez, el largometraje que más a menudo lidera las clasificaciones de mejores películas de la historia. No obstante, el propio Welles reconoció su deuda con pioneros como D. W. Griffith o John Ford (a quien señaló como su director favorito) o con el expresionismo alemán, tan en boga en la época por las obras de Murnau o Lang.


La cinta está llena de imágenes que demuestran la megalomanía de Kane (¿también la de Welles?), como su inicial gigante protagonizando celebraciones o dominando la entrada de su mansión, pero también de juegos de luces y atrevidos escorzos con intenciones psicológicas. Gracias a la inaudita libertad de la que disfrutó en su debut cinematográfico (reservándose incluso la aprobación sobre el montaje final), Welles pudo contar con un elenco de actores cómplice, la mayoría de ellos debutante en el medio, como Agnes Moorehead, que interpreta a la severa madre de Kane o Everett Sloan, que da vida a Bernstein, su colaborador más fiel en el diario. Mención aparte merece un joven Joseph Cotten, quien recrea a la perfección a Jed Leland, ese amigo “Pepito Grillo” que da el contrapunto al despotismo de Kane (si bien intuimos que tampoco es tan honesto como se nos quiere presentar). Cotten desarrollaría una interesante carrera posterior, con títulos como La sombra de una duda, Duelo al sol o El tercer hombre, si bien sigue siendo Ciudadano Kane su participación más recordada.

Con apenas 26 años, Welles retrató majestuosamente la complejidad del carácter humano y las renuncias obligadas por el paso del tiempo. Ciudadano Kane es una obra donde siempre puede descubrirse un matiz inédito, un ángulo asombroso, un drama desapercibido y, de pronto, esencial que nos enseña aspectos nuevos de nosotros mismos.


Biopic:
Es del dominio público que el guión escrito por Welles y Herman J. Mankiewicz está más que inspirado en la vida y milagros del magnate de la prensa William Randolph Hearst, propietario de cabeceras como The San Francisco Examiner o Harper’s Bazaar. Al descubrirlo, Hearst montó en cólera y trató de boicotear su estreno con una campaña contra la productora RKO que obligó a intervenir a los abogados de ambas partes. El único Oscar conseguido por la película fue precisamente en esta categoría (guión original).

La Maldición Kane:
Aunque Welles siempre se mostró orgulloso de su ópera prima, a lo largo de su carrera lamentaría que el fracaso comercial que cosecharía en su estreno le persiguiera toda su vida. Nunca volvería a encontrar la libertad creativa de la que dispuso en Ciudadano Kane ni recuperaría jamás la confianza de los estudios, pese a filmar obras clave de la cinematografía mundial como Sed de mal, La dama de Shangai o sus adaptaciones de Shakespeare.


McGuffin: 
La búsqueda de “Rosebud” articula la historia y facilita su original estructura en flash-backs. A su vez es uno de los McGuffin (o pretexto argumental) más populares de la historia del cine. El término McGuffin se atribuye al director Alfred Hitchcock, quien lo acuñó para designar aquellos elementos narrativos que son necesarios para agilizar el desarrollo de la trama, pero que tienen poca incidencia real en ella. En Ciudadano Kane el propio Welles revela el truco al hacer decir al reportero que “Rosebud”, al final, no es más que otra pieza del puzle que fue la vida de Kane. Sin embargo, Welles nos engaña en parte porque la enigmática palabra ya ha quedado en la conciencia colectiva como metáfora de la infancia perdida.

-Mixmerik-

FREAK CORNER: Rubber, el neumático asesino

Bienvenidos a esta nueva sección de Quiero Cine que tratará de acercaros las películas más raras entre lo raro. Y es que llega de todo a nuestras carteleras y a nuestros festivales, así que hay que hacer un hueco necesario y cómplice a ese cine para minorías, para locos del celuloide dispuestos a alucinar con cualquier delirante locura.

Para empezar, inauguramos FREAK CORNER con Rubber, presentada en España en el Festival de Cine Fantástico de Sitges de 2010.

Se trata de una cinta francesa escrita y dirigida por Quentin Dupieux, cuyo elenco está encabezado por Robert, un neumático que, tras cobrar conciencia de sí mismo y de sus poderes telequinéticos destructivos, afrontará un viaje al horror cargado de sorpresas.

Mucha atención a la banda sonora, que ilustra magistralmente los cambios de registro de este neumático cabreado.

Rubber comienza con un coche derribando una serie de sillas dispuestasen zig zag en medio del desierto. Si te parece absurdo, enhorabuena, eso es justo lo que a continuación te va a decir en un genial discurso Stephen Spinella (visto anteriormente en las exitosas series Urgencias, Mujeres desesperadas, El mentalista y Numb3rs) ataviado de sheriff.


Y lo hace de una forma tan convincente que casi te lo crees. Su manifiesto sobre el sinsentido de la mayoría de las películas de la historia del cine está dirigido no a nosotros como espectadores sino a "otro" grupo de espectadores, ávidos de presenciar el despertar de Robert, que se sacude el polvo del vertedero y comienza a interactuar con lo que encuentra con resultados catastróficos para todo lo que se cruza en su camino. Y ahí empieza la metahistoria. Los saltos de la supuesta realidad a la ficción son constantes, con guiños al espectador real, que tiende a identificarse al menos al principio con el ficcional y que discute, se anticipa y comenta exactamente igual que hemos hecho mil veces todos nosotros en el cine.


El toque gore lo pone la crueldad de un neumático sociópata al que no llegamos a entender del todo pero que es claramente heterosexual y al que le gusta ver las carreras en la tele. Y es que Robert se queda prendado de una guapísima Roxane Mesquida con la que protagonizará una serie de secuencias desternillantes en un motel de carretera. ¿Y dónde están sus ojos? A juzgar por cómo se mueve tiene una cara y una espalda, pero si lo encontraras tendido, no sabrías decir...



¿Es difícil construir una historia con un ser inerte como protagonista? Pues no debe serlo cuando se le echa tanto humor y tanta caradura. Porque si un espectador se enfada porque en una secuencia la historia no avanza, Dupieux va y lo transforma en una frase de guión y te deja con cara de idiota, llamándote voyeur de paso y cargándose de la manera más vil a tus alter-egos en la pantalla.

La hibridación de géneros también ayuda, porque pasa de ser una peli experimental, a una road movie pasando por un western y cómo no, un thriller psicológico de primer orden. Para muestra, el trailer:


Sugerente, atrevida y llena de humor, Rubber es una buena propuesta para quien busque lo inusual en una cinta y esté dispuesto a llegar hasta el final, como el propio espectador de la silla de ruedas de la película.


Nivel de freakismo: 7/10

Lo más memorable: el motel no tiene desperdicio, en él descubrimos la faceta más humana de Robert, el sheriff pone al descubierto la ficción, pero el hecho de que haya un espectador le fuerza a continuar: "The show must go on". Amén del maniquí.

ESTRENOS 25 Noviembre

Abrimos la cartelera de la semana con una nueva adaptación de Cumbres borrascosas. Basada en la novela más conocida de Emily Brontë es de los estrenos más polémicos: Para muchos este remake suena a obra maestra pisando fuerte en el festival de Venecia, ganando el premio a la mejor fotografía, para otros generalmente fieles seguidores de la novela de Brontë, es una adaptación cinematográfica más, que no llega a la calidad de la novela, ya que no es capaz de transmitir la fuerza y el sentimiento de los personajes. Para el nombre de la actriz principal se barajaba el nombre de Keira Knigntley, Lindsay Lohan y Natalie Portman. Siendo éste último el nombre más sonado, pero finalmente ninguna de las actrices se decantó por el papel interpretado finalmente por la joven Kaya Scodelario, que ha recibido muchos elogios por su actuación como Cathy. La película nos narra la historia de dos jóvenes de distintas clases sociales que se enamoran en la Inglaterra del siglo XIX. Debido a los prejuicios sociales de la época parece que el amor de los jóvenes será imposible...

El bombazo de la semana, al menos para los más pequeños de la casa, es sin duda 

El gato con botas, película de animación para que pueda disfrutar toda la familia. En un primer momento se pensó en lanzar el film directamente en DVD, pero este spin-off del personaje que aparecía ya en Shrek, tiene muchos seguidores entre el público como para que funcione bien en la gran pantalla. Antonio Banderas vuelve a ponerle voz a este pícaro felino, acompañado esta vez de Salma Hayek, que cede su voz a Kitty Softpaws (una gatita ladrona que le robará el corazón a nuestro protagonista), y del director Guillermo del Toro que hace un cameo, poniendo su voz al personaje del comandante. Mucho tiempo antes de conocer a Sherk, el gato con botas se embarca en una aventura al puro estilo spaghetti western, acompañado de Humpty Dumpty y la avispada Kitty, para robar el famoso ganso de los huevos de oro. 

Entre gatos anda el juego, ya que el siguiente estreno del que vamos a hablar se titula 
El gato desaparece. Se trata de un thriller argentino dirigido por Carlos Sorin, que nos hace sumergirnos en un viaje de suspense y terror. La película comienza con un nuevo día para Beatriz: esa mañana podrá ir a recoger a Luis, su esposo, a la clínica neuropsiquiátrica en la que ha estado ingresado los últimos meses debido a un brote psicótico violento que sufrió. Ya con el alta de los médicos, Beatriz solo piensa en el momento que se reunirá con su marido, esa persona con la que decidió compartir sus planes, sus sueños, su vida… pero un pensamiento oscuro va mitigando poco a poco la alegría de Beatriz... ¿Y si su esposo aún no estuviera recuperado? Al llegar a casa, Donatello, el gato de la familia, la fiel mascota de Luis, se eriza y ataca a éste, huyendo de la casa. Luis intenta quitarle hierro al asunto y reinstalarse en su casa tranquilamente, pero Beatriz cada vez está más intranquila, y al caer la noche su temor irá creciendo hasta límites insospechados.

La chica más feliz del mundo es un interesante título para una película. La felicidad y tristeza son polos opuestos que están íntimamente ligados, éste parece ser el mensaje que el director del film Radu Jude desea mostrarnos en este drama que nos llega desde Rumanía. La película se centra en la vida de Delia, una joven de 18 años que viene de una humilde familia rumana. Un día, el azar decide sonreirle convirtiéndola en ganadora de un sorteo que la hará beneficiaria de un coche. La compañía quiere grabar un vídeo testimonial de Delia y su familia junto al coche, para dar fe de la credibilidad del sorteo, por lo que Delia y los suyos se tendrán que desplazar hasta Bucarest para realizar el rodaje. Lo que era un acontecimiento feliz, poco a poco se va truncando llegando a ser una situación angustiosa y extrema para Delia que se replanteará la relación con su familia.

Mercado de futuros
 es el segundo largometraje de Mercedes Álvarez (el primero, El cielo gira, fue la ganadora del Bafici 2005). Lo podemos catalogar como documental y volverá a competir en el Bafici, Festival de Cine Independiente  de Buenos Aires y en el Festival Visions du Réel de Nyon (Suiza). La película pretende reflejar la fiebre del mercado inmobiliario, a los brokers de la inversión financiera y a los gurús y predicadores del éxito para trazar algunos de los rasgos del nuevo mundo. Según la propia autora, el desalojo y derribo de una antigua casa, con todos sus muebles, su abundante biblioteca y su cargamento entero de memoria personal, constituye el punto de arranque de Mercado de futuros.

Premonición es una película francesa que nos trae un reparto de lujo encabezado por el carismático John Malkovich, que con esta película da un cambio de registro a su carrera. La película, cuyo título original es Et aprés, se basa en la novela de Guillaume Musso del mismo nombre. El film se centra en Nathan (Romain Duris) que está pasando por un duro momento, debido a la dolorosa separación de su esposa Evangeline Lilly (conocida por su papel de Kate en la serie Perdidos) la única mujer que verdaderamente ha amado. Sumido en este estado de depresión Nathan conoce al doctor Kay (John Malkovich) conocido como “el mensajero” debido a una rara y curiosa habilidad que posee: tiene la capacidad de saber cuánto tiempo de vida le queda a una persona y no tiene muy buenas noticias para Nathan.

Pocas son las películas alemanas que llegan a nuestras pantallas, pero gracias al director Andres Veiel podemos disfrutar de Si no nosotros, ¿quién? Los seguidores de la película Soñadores no deberían perdérsela puesto que es otra película a la que aficionarse. El film nos sitúa en la Alemania de principios de los años sesenta. Bernward Vesper desea convertirse en escritor; para llevar su sueño a cabo comenzará a ir a la Universidad donde conocerá a una chica de la que se quedará prendado: Gudrun Ensslin. Pronto los jóvenes comenzarán una bonita relación, donde compartirán su miedos, inquietudes y sobre todo sus ganas de cambiar al mundo. Para poner en marcha este cambio deciden ponerse manos a la obra creando una editorial que se dedica a publicar trabajos políticos controvertidos. El tiempo pasa y sus objetivos no se ven cumplidos. A finales de los sesenta, con la idea aún latente de un cambio, Gudrun se une a la causa pro-violencia rebelde y Bernward comienza a coquetear peligrosamente con las drogas, con la finalidad de que le ayuden a escribir la novela que cambiará el mundo. Poco a poco la vida de los protagonistas se va distanciando.

Y terminamos nuestro repaso a la actualidad cinematográfica con uno de los estrenos del año: Un método peligroso, del director David Cronenberg. Se trata de la adaptación de la obra teatral de Christopher Hampton, que también ha escrito el guión, y que nos presenta esta desconocida faceta de la vida Freud. La película se centra en el conflicto existente entre Freud y su pupilo Jung, causado por una joven paciente con serios problemas psiquiátricos, y la imposibilidad de ambos por ponerse de acuerdo en la forma de encontrar un método para ayudarla. Con un reparto de lujo encabezado por el incombustible Viggo Mortensen que esta vez se mete en la mismísima piel del enigmático creador del psicoanálisis Sigmund Freud, Vincent Cassel como el aventajado alumno de Freud y Keira Knightley como la joven paciente que enciende la llama de la discordia, ¿cuánto habrá de realidad y cuánto de ficción en esta película?

¡Hasta la semana que viene! ¡Buen cine!

-Vicky Vila-

COMO EL PRIMER DÍA... Casablanca: entre la pasión y el deber

Diciembre de 1941. Europa está asolada por la guerra. Francia ha caído bajo el yugo de Hitler y su Tercer Reich. Millones de personas abandonan sus hogares en busca de un lugar para vivir. Muchos de estos refugiados escapan del continente y cifran sus esperanzas en llegar a América y empezar una nueva vida. Pero no es un camino fácil. Una de esas rutas de huida pasa por Marruecos, concretamente por Casablanca, en aquel entonces protectorado francés. Y en este extraño caldo de cultivo florecerán algunos personajes memorables y un romance que se podría calificar como “definitivo”.

Casablanca es, evidentemente, una película de propaganda bélica realizada por un gran estudio de Hollywood con todos los ingredientes para satisfacer a una audiencia heterogénea. Basada en una obra de teatro (Everybody comes to Rick’s, escrita por Murray Burnett y Joan Alison) equilibra, sin embargo, la esperable exaltación a la libertad y al patriotismo idealizado con una inclinación a la comedia (el director, Michael Curtiz, demuestra buen ojo con la elección de los secundarios, todos ellos rápidamente reconocibles tanto física como mentalmente) y una historia de amor marcada por la redención y el deber. Tan variado mejunje podría fácilmente indigestarse sino fuera por un guión modélico en todos los aspectos concebibles: presentación, dosificación de la información, caracterización, diálogo, etc.

Rick Blaine, por ejemplo, encarnado magistralmente por un icono del cine como Humphrey Bogart, es -como mandan los cánones de Hollywood- un tipo duro, baqueteado por la vida, poseedor de un pasado tumultuoso apenas esbozado en pinceladas: huido de EE.UU. en circunstancias poco claras, voluntario en conflictos armados en España y Etiopía y actual propietario de un próspero garito, viaja acompañado de Sam (Dooley Nichols), un pianista negro que ameniza a la clientela con canciones populares (como Knock on Wood). Tal bagaje le ha llevado a desarrollar una coraza de cinismo. “Yo no me juego el cuello por nadie”, presume a los pocos minutos de aparecer en pantalla. Antes de que atisbemos siquiera su rostro, ya ha sido identificado como el propietario del Rick’s Café, el local más popular de Casablanca, y se han mencionado algunos rasgos de su carácter, como su aparente neutralidad (nunca bebe con los clientes ni interviene en disputas políticas). Uno de sus empleados le lleva un pagaré a la zona de juego. Vemos como lo firma, deja el bolígrafo a un lado y del cenicero coge un cigarrillo. Así conocemos, por fin, al protagonista de la historia. Casi idéntica escenografía nos presentará, años más tarde, al agente secreto James Bond, quien también le copiaría el smoking blanco.


 Rick, en efecto, es un hombre de mundo. Bogart, con 43 atribulados años a sus espaldas, probablemente no tuvo ni que esforzarse en subrayar esa característica. En seguida adivinamos, no obstante, que su cinismo, sin llegar a ser impostado, oculta una realidad diferente. La forma de tratar al banquero extranjero que pretende entrar en la sala de apuestas nos pone sobre la pista y su posterior conversación con Ugarte (Peter Lorre, inolvidable protagonista de M, el vampiro de Düsseldorf), un hombrecillo dudoso que comercia con pasaportes y salvoconductos, nos lo sitúa ya claramente en un bando determinado. Sólo falta el catalizador que le haga tomar partido. 


Es una mujer: Ilsa Lund, interpretada por la actriz sueca Ingrid Bergman (y fotografiada exquisitamente por Arthur Edeson, quien subrayó el aspecto inocente y la indecisión que mostraba su rostro). Ilsa llega al bar de Rick de la mano de un líder de la resistencia antinazi, Victor Laszlo, a quien presta sus rasgos hieráticos el austríaco Paul Henreid. Laszlo, evadido de un campo de concentración checo, busca a un contacto de la resistencia que le proporcione los medios para abandonar Marruecos. Hábilmente se nos hace ver que Ilsa ya conoce a Rick, identificando a Sam y pidiéndole que toque al piano una evocadora melodía, El tiempo pasará (As time goes by, compuesta por Herman Hupfeld). Rick sale de su despacho, enfadado, y, mientras reprende a Sam por interpretar el tema, cargado de obvia significación para él, su mirada se cruza con la de Ilsa. El triángulo amoroso está servido.


Hasta este punto la trama no ha seguido una senda lineal sino que se ha bifurcado para introducir a todos los personajes necesarios: el capitán Louis Renault, a quien da vida el actor londinense Claude Rains, un corrupto oficial francés que exige sobornos y favores sexuales a cambio de visados y se define a sí mismo como sin convicciones ni escrúpulos. En un momento del film, cuando le apuntan con una pistola al corazón, replica: “es mi órgano menos vulnerable”. Es impresionante que tal combinado de depravación resulte, en todo momento, ingenioso y simpático. Igual puede decirse, en menor medida, del orondo Ferrari (interpretado por Sydney Greenstreet), dueño del local rival “El Loro Azul” (Blue Parrot), y del ya mencionado Ugarte, ambos involucrados en negocios turbios que incluyen el tráfico de refugiados. Por cierto que Greenstreet y Lorre (así como el director de fotografía) ya habían coincidido con Bogart en 1941 en el clásico de John Huston, El Halcón Maltés, también para Warner. Hay más caracteres relevantes, como el mayor Strasser (Conrad Veitd, quien no pasa de recrear un correcto oficial nazi, eso sí, alejado de histrionismos), el crupier Emil (Marcel Dalio, también presente en las obras maestras de Jean Renoir, La Gran Ilusión y La Regla del Juego) o la refugiada búlgara de 17 años dispuesta a todo por el bien de su marido (Joy Page, hijastra del presidente del estudio Jack Warner), quien protagoniza una escena crucial para la toma de conciencia de Rick.


Un flash-back nos pone en antecedentes: Rick e Ilsa se conocieron en París, poco antes de la ocupación alemana, una pasión repentina que soslaya el pasado de ambos y que termina abruptamente en una estación de tren bajo la lluvia. En París, Rick, ya acompañado por Sam, se nos muestra sonriente y despreocupado, muy diferente de la imagen ofrecida hasta entonces.

Tal vez por influencia de la obra teatral, la acción recorre pocas localizaciones. La más importante de ellas, claro, el local de Rick, si bien una de las secuencias más memorables transcurre en un aeropuerto. Esta concisión en la puesta en escena es apenas perceptible, gracias a la inspirada labor de Michael Curtiz tras la cámara, que opta por encuadres efectivos e iluminación dramática deudora del expresionismo alemán (de gran influencia en el cine negro, uno de los géneros predilectos del estudio). Asimismo, esta economía de medios realza otro de los puntos fuertes del libreto: el diálogo vivo y las réplicas ingeniosas, la ambigüedad y los dobles sentidos. Sirva un botón de muestra: Cuando el mayor Strasser inquiere a Rick sobre su nacionalidad, este responde “Soy borracho”, a lo que el capitán Renault apostilla: “Lo que equivale a decir Ciudadano del Mundo”.


Los efectos de la guerra están presentes en el film. Desde el régimen marcial ejemplificado en el toque de queda hasta la picaresca de la supervivencia en las calles (ese carterista que alerta de los peligros de ladrones y maleantes a los turistas… mientras les aligera del peso de sus carteras). Abundan, lógicamente, las muestras de patriotismo. Una de las mejores secuencias del film consiste en el “duelo de himnos” entre los oficiales alemanes y los refugiados en el local de Rick. Cuando el mayor Strasser y sus subordinados arrancan a cantar Die Wacht am Rhein, Viktor Lazlo conmina a la orquesta (con la aprobación de Rick) a tocar La Marsellesa, convertido por obra y gracia de la película en una suerte de oda a la libertad. El himno nacional francés ya había sonado antes, durante los títulos de crédito. El compositor Max Steiner, permeable a la heterodoxia argumental, abre la banda sonora con una fanfarria típica de las aventuras coloniales para desembocar, acto seguido, en la emocionante marcha gala.

Ideas inherentes al colonialismo también se cuelan en la narración. El Rick’s Café goza de una presencia cosmopolita, con letrero luminoso y amplitud interior, un local que podría ubicarse igualmente en París o Nueva York (en realidad fue recreado en un estudio de Los Angeles). No en vano está regentado por un occidental. El Loro Azul, en cambio, parece la cantina de un pirata, con los parroquianos bebiendo en las sombras. Su propietario, el señor Ferrari, acecha a los insectos con un cazamoscas. También en las calles se percibe abundante “color local”, con mercaderes que regatean el precio de las telas y misteriosos árabes con monito (recuperado por Spielberg para En busca del Arca Perdida).


Se podría incidir en muchos otros aspectos. La trama tiene ciertos quiebros particularmente interesantes a medida que progresa el triangulo Rick-Ilsa-Laszlo, como la consciencia del líder de la resistencia sobre las verdaderas motivaciones de Rick; la apuesta visual por la relación Rick-Ilsa (únicamente ellos se besan en la boca; Laszlo besa a Ilsa en las mejillas), sorteando las rígidas normas del Código Hays (las directrices autocensoras abrazadas por los grandes estudios) en lo tocante al matrimonio; o la progresiva admiración de Renault por Rick, que le llevará a desenterrar su dormido patriotismo. Pero es mejor que cada cual los descubra por sí mismo y se sorprenda de sus propios hallazgos e interpretaciones (y si alguien quiere compartirlos… ¡para eso están los comentarios!).

La película, en cierto modo, se cierra como se abre: con un avión. La primera vez que vemos a Rick, sentado en una mesa de su garito, este juega al ajedrez contra sí mismo. En el último tercio de la película, recuperados sus ideales perdidos, Rick juega una partida contra el destino, encajando todas las piezas de la mejor manera posible. 


Galardones: Casablanca fue merecedora de tres premios Oscar en 1943 (película, director y guión adaptado) y acaparó otras cinco nominaciones (entre ellas, actor protagonista, fotografía y banda sonora). Desde 1960 su fama no ha hecho sino crecer y aparece regularmente en las listas de películas favoritas de críticos y aficionados. En 1989 el National Film Registry la incluyó en su relación de films conservados en la Biblioteca Nacional del Congreso de EE.UU. por sus valores cinematográficos.

Improvisación: Aunque es cierto que, además de los guionistas acreditados (Julius J. y Philip G. Epstein y Howard Koch), intervinieron varias manos en el texto final y que muchas de las escenas se reescribían por la mañana y se filmaban por la tarde, la concepción ampliamente difundida de que Casablanca se rodó sobre la marcha, en un afortunado ejercicio de improvisación continua, no se sostiene. El libreto aprobado por la Warner ya terminaba como lo hace el film y en ningún momento se contempló rodar un final distinto, por lo que Michael Curtiz, al menos, sí sabía como debía concluir la historia.

-Mixmerik-

Otra Tierra: la ruptura del espejo

La película independiente Otra Tierra se mueve entre la originalidad y la sencillez, tratando de manera sorpresiva temas complejos y de interés común a todo mortal. Formula preguntas filosóficas que interesan y fascinan desde hace mucho tiempo a muchas y diferentes personas, ¿podría existir otro planeta igual que el nuestro?, ¿somos los únicos en el Universo? De esta forma, se reabre el debate que tuvo en vilo a Leibniz y a Newton: ¿dos cosas iguales son en realidad completamente iguales o por el mero hecho de ocupar lugares diferentes son distintas?

Otra Tierra discurre entre la ciencia ficción y una historia fantástica jugando con el espectador, emocionándolo y dándole esperanzas y posibles respuestas a las preguntas de siempre. Aunque está entre la ciencia ficción y la fantasía, en realidad habla de esperanza y fe, pero no la fe religiosa sino ese tipo de fe que va más allá.

Todo surge cuando la protagonista, una joven prometedora, ve truncada su (ni si quiera empezada) carrera como astrofísica debido a un accidente de coche mortal, destrozando las vidas de los ocupantes del vehículo contra el que colisiona, poco después de conocer su admisión para un programa de astrofísica del MIT (Instituto Tecnológico de Massachussets en Cambridge). En cuestión de segundos se rompe su sueño de un futuro prometedor dado el homicidio involuntario en el que se ve envuelta. La familia con la que choca queda destrozada, la madre y el hijo mueren y el padre queda en coma por un largo periodo de tiempo. Más adelante cuentan que él era un músico exitoso, feliz y con una familia maravillosa. Ese mismo día y justo antes del accidente es también cuando por la radio anuncian que han encontrado un planeta igual a la Tierra y que se puede ver incluso en el horizonte.
 

 Su vida cambia totalmente: cumple su condena pasando cuatro años en la cárcel, sin embargo ella misma no se perdona, ni se redime, va arrastrando una culpa que no se disipa hasta que descubre la Teoría del sincronismo según la cual, el día en que La Tierra y Tierra 2 se ven por primera vez se rompe la sincronía, con lo cual descubre que quizá su vida y la vida del director de orquesta puedan ser diferentes en la otra Tierra. Eso es lo que le da esperanzas, es como un motor que se pone en funcionamiento y le induce a pensar que su vidas pueda ser diferentes en Tierra 2.
 

Nota: 9’5

Atención a: los diferentes personajes de la película, ya que muchos son reflejos de la protagonista, por ejemplo el compañero suyo de trabajo, o el mismo músico que vive también con culpa por no haber podido evitar el accidente, incluso el director del concurso que gana ella para viajar a la otra tierra, el cual se siente identificado con ella, ya que el inevitable devenir está entre una delgada línea que te hace triunfar o fracasar.

Lo mejor: ver el planeta azul desde fuera, el efecto espejo y la esperanza de poder vivir tu vida de una manera mejor. Ver una película donde se habla del “doble de las antípodas”, esa creencia que cuenta que todos tenemos un doble completamente igual con una vida simétrica. La película es sorpresiva e inspiradora, hace que entren ganas de investigar después de verla, deja una huella muy positiva.
 
Lo peor: la manía de los americanos de no informarse en condiciones de las cosas, hacen referencia a Galileo diciendo que casi le queman en la hoguera por ser heliocentrista, pero a quien quemaron en la hoguera fue a Giordano Bruno, a Galileo la Inquisición le condenó a un arresto domiciliario de por vida y censuraron su obra por (según ellos) contradecir las teorías geocentristas (el hombre como medida de todas las cosas): fue condenado por su capacidad como divulgador científico, por difundir su obra de una manera legible a cualquiera que pudiera leer, además lo hizo en italiano, el idioma del pueblo, no en latín como acostumbraban a escribirse las obras que hablaban de astronomía.
 

El momento más especial: la primera toma de contacto de La Tierra con Tierra 2, simplemente genial.

El descubrimiento: Brit Marling, que da vida a la protagonista, Rhoda Williams. Es capaz de alcanzar una tremenda variedad de registros desde la contención más absoluta. 

-Alicia Hernández-

Estrenos 18 Noviembre

No podemos decir que esta sea una de las mejores semanas para los estrenos... pero aún así, os ofrecemos el recopilatorio para que podais juzgar por vosotros mismos y escoger lo mejor posible. Empezamos con las películas que encontramos más interesantes: Medianeras y Un dios salvaje.

¿Cómo encontrar  el amor si no sabes donde está? Es la pregunta que nos hace 
Medianeras, coproducción entre Argentina, España y Alemania, en la que podremos disfrutar de la interpretación de la cada vez más internacional Pilar López de Ayala. En esta ocasión interpreta a Mariana, una mujer separada, arquitecta pero que nunca ha construido un edificio, que trabaja de escaparatista viviendo rodeada de maniquís a los que trata como personas. Busca el amor, lo que no se imagina es que su pareja ideal, un diseñador de páginas web, hipocondriaco que se está tratando de varias fobias y al cual no conoce, esta más cerca de lo que ella imagina. Viven en el mismo edificio, pasan por las mismas calles van a los mismos sitios, pero nunca consiguen verse, ¿cómo podrá romperse este circulo vicioso?
Un dios salvaje es una comedia negra basada en la obra teatral homónima de Yasmina Reza, dirigida por Roman Polanski y protagonizada por un reparto de lujo compuesto por Kate Winslet, Christoph Waltz, John C. Reilly y Jodie Foster (que después de mucho tiempo deja de estar detrás de las cámaras para ponerse nuevamente delante de ellas, ya la extrañábamos). La película comienza con la pelea física de dos niños que rondan los once años. Arañazos, moratones y magulladuras, serán el resultado que sorprendidos encontrarán los progenitores de ambos. Los padres del peor parado de ellos, deciden invitar a los padres del matón para poner un poco de civismo a la situación e intentar arreglar las cosas de la manera más cabal posible. Pero según va transcurriendo la conversación comienzan a verse entremezclados entre ideas opuestas y serios prejuicios sociales complicándose la situación hasta límites insospechados.

Asesinos de élite entra pisando fuerte en la cartelera de esta semana, al más puro estilo hollywoodiense, que tanto parece gustar a esta industria. Gary McKendry nos presenta su ópera prima como director, narrándonos esta historia basada en el libro "The Feather men” que supuestamente está inspirada en hechos reales. La película gira entorno a un completo trío de machos alfa formado por Jason Statham, Clive Owen y Robert de Niro. Jason Statham da vida a Danny Bryce un retirado agente de las fuerzas especiales británicas que, al descubrir que su mentor (Robert de Niro) ha sido secuestrado, decide poner toda la carne en el asador para rescatarlo. Pero la operación es mucho más complicada de lo que a priori podría parecer: los secuestradores son un grupo de soldados renegados liderados por Spike (Clive Owen) que prometen no poner las cosas nada sencillas.

Carne cruda, del director Tirso Calero, conocido por muchos por la serie Amar en tiempos revueltos, nos trae el estreno español de la semana, una divertida comedia sobre caníbales, al más puro estilo ochentero, rozando lo absurdo y sin olvidar que es de serie B, promete entre sangre y vísceras matarnos de risa. La historia se centra en Quico (interpretado por Canco Rodríguez, el "barajas" de la serie Aída) y Andrés dos vendedores de pisos, que por romper la rutina deciden pasar el fin de semana en el  campo. Allí conocerán a un extraño grupo de naturistas, que resultara ser una secta caníbal liderada por una antigua hippie. La cosa se complica aún más cuando uno de los protagonistas es mordido por un integrante de la secta, despertando en él un voraz apetito de carne humana…


Courageous
 es sin duda uno de los estrenos más polémicos de la semana. Viene de la mano de los hermanos Stephen y Alex Kendrinck, creadores de películas como Desafío de gigantes o A prueba de fuego y denominados por muchos de sus seguidores como "los cineastas cristianos". En esta ocasión los hermanos Kendrinck nos narran la historia de cuatro policías que dedican su vida a proteger y servir, tareas más absorbente de lo que les gustaría y que les impiden poder dedicar tiempo suficiente a su familia. Cuando la tragedia marca la vida de uno de ellos, todos los compañeros se unirán fuertemente entre ellos, mientras tanto particularmente les surgirán dudas acerca de la importancia de ser padre y poder disfrutar de la familia. Con esta última película, los hermanos Kendrinck comentan, que su objetivo no es efectuar grandes taquillas sino “que los hombres salgan del cine preguntándose 'Qué clase de padre he sido, soy y seré' y se den cuenta del papel crucial e influyente que tienen”.

Para seguir con la polémica rodeados de temas religiosos, llega a nuestras pantallas la película ganadora de la II Edición del Festival Internacional de Cine Católico “Mirabile Dictu” celebrado en Roma, Duns Scoto. El film nos narra un periodo de la vida del fraile Juan Duns Scoto transcurrido entre los años 1303 y 1305, durante los cuales este fraile intenta dar la explicación de la Inmaculada Concepción de María. Ofreciéndonos diversos flashbacks de su niñez en la cual se refleja que ya desde niño deseaba formar parte de la congregación franciscana. Sin duda, la película se dirige a un sector muy determinado de espectadores.
Para alegría de muchos y desgracia de otros tantos, este fin de semana se llenará de vampiros brillantes y hombres con Amanecer I y nos guste más o menos reconoceremos que este estreno será uno de los más visitados, ya que la saga creada por Stephenie Meyer tiene montones de fans por todo el mundo. Aprovechando este fuerte tirón comercial, el director Bill Condon ha divido el cuarto y último libro de Meyer en dos partes, no sabemos si por dejar con la miel en la boca a los fans, o por poder llenarse los bolsillos dos veces. En esta primera parte de Amanecer, Bella y Edward consolidan su amor a pesar de algunas reticencias de familia y amigos, en especial de Jacob y consiguen casarse en una íntima celebración. Después de una fantástica luna de miel, Bella y Edward descubrirán que van a ser padres ilusionados a la par que preocupados pues no saben como saldrá hacia delante la gestación entre un vampiro y una humana, pero ésta no es la única preocupación que les rodea…
Winx 3D: La aventura mágica se postula como la mejor apuesta infantil de la semana: se trata de una película de animación en 3D para toda la familia, secuela de Winx Club: El secreto del reino perdido. Y para ello se rodea de mundos mágicos llenos de hadas. En esta ocasión, Bloom está felizmente viviendo con sus padres, intentando ejercer sus labores como princesa, entre las que cabe destacar la de encontrar un príncipe con el que casarse, con lo cual no está muy de acuerdo. Echa de menos a sus amigas Winx, lo que no se imagina es que se reunirá con ellas antes de lo que imagina, ya que las malvadas brujas Trix han robado un amuleto que las hace aún más poderosas. Bloom se unirá a sus compañeras para intentar detener a las brujas.

 ¡Hasta la semana que viene!

-Vicky Vila-

Estrenos 11 Noviembre

5 metros cuadrados reúne de nuevo a Fernando Tejero y Malena Alterio ante la cámara en un drama inmobiliario dirigido por Max Lemcke (Casual Day). La película viene precedida de un rotundo éxito en el XIV Festival de Málaga de Cine Español, habiendo conseguido alzarse con la Biznaga de Oro a la Mejor Película y las Biznagas de Plata al Mejor Actor (Fernando Tejero), al Mejor Guión (Pablo y Daniel Remón) y la que concede el Premio de la Crítica. Álex y Virginia, una pareja con planes de boda, compran un piso sobre plano a las afueras de una gran ciudad. Reúnen todos sus ahorros para pagar la entrada, más una hipoteca a cuarenta años. Cuando sólo faltan unos meses para la entrega de los pisos, paran las obras y precintan la zona. Álex quiere una solución y hará lo que sea para conseguir su casa y tener la vida que había soñado.

A cualquiera que haya tenido el placer de estudiar los textos que se le atribuyen a William Shakespeare, el argumento de Anonymous no le parecerá tan descabellado, ¿fue Shakespeare un impostor? Rolland Emmerich (El día de mañana) se rodea de un elenco excepcional para apuntar una posible respuesta remontándose para ello a un momento en el que las escandalosas intrigas políticas, los romances ilícitos de la Corte Real y las estratagemas de nobles ansiosos por alzarse con el poder se esclarecán en el teatro londinense. Sin embargo, el mensaje, que trata de confundir al espectador con saltos temporales constantes, se ve lastrado por un exceso de artificio muy característico de Emmerich. Quizás en esta ocasión la sencillez habría sumado puntos a un tema de por sí interesante.

Bi anai (Dos hermanos), es la ópera prima de Imanol Rayo. Basada en la novela homónima de Bernardo Atxaga, este drama de origen vasco proyectado en el pasado Festival de San Sebastián, narra la relación entre dos hermanos muy distintos, y las vivencias de ambos tras la muerte de su padre. Paulo, el hijo menor, tendrá que hacerse cargo de Daniel, su hermano deficiente.

Esta semana se estrena también El último paso, dirigida por Irune Telleria y Enara Goikoetxea. Narra la historia de esta Red Comète, que durante la Segunda Guerra Mundial ayudaba a pilotos aliados a pasar la frontera de forma clandestina. Es un trabajo de las productoras Moztu Filmak, Offworld (Bélgica) y Amo Films (Francia), en colaboración con EITB que tiene abundantes recreacciones ficcionales para ilustrar una historia de hibridación documental. Es una de las propuestas más interesantes de la semana.

La maleta mexicana cuenta la historia de los 4.500 negativos que los prestigiosos fotógrafos Robert Capa, Gerda Taro y David ”Chim” Seymour tomaron durante la Guerra Civil Española, que desaparecieron y fueron recuperados 70 años después en Ciudad de México. La película, dirigida por Trisha Ziff (Chevolution) aborda el viaje de estos negativos de Francia a México; descubre además el papel que México jugó durante la Guerra Civil y su apoyo a la República en el exilio, y desvela la forma en la que España afronta hoy su propio pasado, treinta años después de la Transición.

La sombra de Evita, dirigida por Xavier Gassió, narra la visita a España de Eva Perón, incorporando testimonios de familiares e historiadores en el marco de la gira europea denominada Gira del Arco Iris. En aquel momento (1947) el régimen franquista se encuentra necesitado tanto de un reconocimiento internacional como de alimentos, ya que la postguerra genera una situación de hambruna extrema. Para Eva Perón significa su primera oportunidad de proyección internacional tanto a nivel personal como político: la primera dama argentina llegará a España como Eva y regresará a Argentina como Evita.

También desde el terreno de documental, nos sorprende George Harrison: Living In The Material World. Martin Scorsese acerca a nuestras pantallas la vida y la música de George Harrison aportando grabaciones inéditas para crear un elaborado retrato del innovador y visionario creador. Paul McCartney, Eric Clapton, Yoko Ono y Olivia Harrison, entre otros, hablan abiertamente sobre George y las vivencias que compartieron con él añadiendo una dimensión más humana al mito.

Sergio Rubini propone un triángulo amoroso de lo más inquietante en Miradas de amor. Lulli (al que da vida el propio director), un famoso crítico de arte comparte su vida con Gloria una preciosa joven que decide repentinamente dejar a Lulli por el artista Adrián. Cuando Lulli se entera, decide marcarse un único objetivo: destrozarle la vida a Adrián. Para ello trazará un diabólico plan que nos descubrirá hasta qué punto podemos manipular a otra persona.

London Boulevard llega a la cartelera con cierto tufillo a "esta peli me suena". Tras salir de la cárcel, Mitchel (Colin Farrell) intenta llevar una nueva vida alejado de la violenta fama que se ha ganado entre sus antiguos colegas de los bajos fondos de Londres. Casualmente, entra en contacto con Charlotte (Keira Knightley), una estrella de cine que vive aislada ante el acoso de los paparazzis, y se convierte en su guardaespaldas. Pero el pasado de Mitchel vuelve a llamar a su puerta cuando un mafioso llamado Gant (Ray Winstone) pretende que vuelva a delinquir. William Monahan (guionista de Infiltrados, Red de mentiras y Al límite, entre otras) firma una cinta que promete pocas sorpresas.

30 minutos más o menos, coproducción de EE. UU., Canadá y Alemania, es una comedia cargada de acción dirigida por Ruben Fleischer (Bienvenidos a Zombieland). Nick (Jesse Eisenberg), un repartidor de pizzas, topa con dos aspirantes a delincuentes (Danny McBride y Nick Swardson).  Esta pareja de perdedores secuestra a Nick y le ata una bomba de relojería al cuerpo, amenazando con hacerla explosionar si él se niega a atracar un banco. Con tan solo un par de horas para hacer lo imposible, Nick pide ayuda a su amigo de toda la vida, Chet (Aziz Ansari). Según pasan los segundos, Nick y Chet tendrán que lidiar con policías, asesinos a sueldo, lanzallamas, y su propio pasado. Una comedia sin demasiadas pretensiones, que sin ser ni mucho menos brillante sí que recomendamos que al menos se vea en versión original.

Christophe Barratier (Los chicos del coro) dirige una nueva versión de La guerra de los botones basada en la novela homónima de Louis Pergaud. Los chicos de los pueblos vecinos de Longeverne y Velran siempre se han odiado y siempre están peleando. En una de esas batallas, Lebrac, un chico de trece años de Longeverne, conflictivo pero de gran corazón, tiene una idea brillante: arrancar todos los botones de las ropas de los prisioneros que tomen, para que vuelvan a sus casas medio desnudos, vencidos y humillados. Se ha declarado la “guerra de los botones” y el pueblo que reúna el mayor número de botones será declarado vencedor.

Los más pequeños también tendrán ocasión esta semana de disfrutar de al menos dos películas que están claramente dirigidas a ellos. Nos referimos a Kika Superbruja (segunda parte) y La gran aventura de Winter el delfín. Aunque ninguna de las dos cintas cuente con argumentos especialmente originales, es de agradecer en ambos casos que, al menos, sean breves. Kika encuentra una carta misteriosa que acaba de aterrizar en el escritorio de su habitación. Una nueva aventura le está esperando. La carta empieza con la frase «Una mano diabólica ha lanzado una maldición sobre el trono de Mandolán», y continúa con «nadie sabe aplicar otro hechizo para liberarlo de la maldición». Rápidamente Kika se embarca en un viaje lleno de magia.

La gran aventura de Winter el delfín está inspirada en la curiosa historia de una delfín hembra y de los que se unieron para salvar su vida. Nadando libre, una joven delfín queda atrapada en una trampa para cangrejos que daña gravemente su cola. Rescatada y transportada al Clearwater Marine Hospital, su lucha por la supervivencia no ha hecho más que empezar. Será necesaria la pericia de un biólogo marino muy dedicado a su profesión, el ingenio de un brillante médico especializado en ortopedia y la inquebrantable devoción de un joven para conseguir el increíble milagro de salvar su vida. Estrenada en cines gracias al tirón del 3D, promete lacrimógenas escenas y poca originalidad.

Esta semana es muy prolífica en estrenos interesantes, sobre todo en el terreno documental así que ¡a disfrutarlos! ¡Buena semana y buen cine!

-Raquel Hdez-