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ANIMADOS Enredados, a la vanguardia de la animación

Película: Enredados
Dirección: Byron Howard y Nathan Greno
País: EE. UU.
Año: 2010
Duración: 101 min
Género: Animación, aventuras, comedia, familiar, fantasía, musical
Guión: Dan Fogelman, basado en el cuento “Rapunzel” de los hermanos Grimm
Producción: Roy Conli
Música: Alan Menken
Montaje: Tim Mertens

Esta película supone un salto de calidad exponencial en todos los sentidos. A un brillante guión en el que no faltan diversión, drama y aventuras entreteniendo por igual a niños y adultos se le unen las más avanzadas técnicas de animación:
  • Rapunzel tiene una cabellera dorada que mide 21 metros con más de 100.000 pelos. Para simular el movimiento de semejante cabellera se creó un software especial y trabajaron en ella expertos en el campo como Kelly Ward.
  • El equipo de efectos de Disney tuvo que crear una multitud compuesta de casi 3.000 personas que lleva a la deslumbrante escena de los farolillos. Es la mayor multitud creada por el estudio para una película generada por ordenador. En dicha escena de los farolillos cada uno de ellos tiene su propia llama animada que contiene 10.000 micropuntos de luz. En total son 46.000 farolillos, lo que equivale a 460 millones de puntos de luz.


Pero sin duda, uno de los adelantos que más te abruman de la película, al margen del detalle de cada escenario, es el realismo de las texturas: desde las expresiones faciales al movimiento de las telas de los trajes, es verdaderamente un deleite para la vista ver la altísima cota de calidad que se alcanza en la plasmación de los diversos materiales que componen las vestimentas de los personajes. Esto dejando a un lado la historia y los personajes, que son francamente divertidos.

La propia Rapunzel es una muchacha fuerte, decidida e independiente por más que su carcelera se esmere en meterle el miedo en el cuerpo respecto al mundo exterior. Además es trabajadora y culta.

Aunque se trata de un formato muy comercial y una propuesta para toda la familia, hay que alabar el acierto de la cinta que realiza una versión libre de la Rapunzel de los Grimm adaptándola a los tiempos de hoy.

Nota: 9/10
Disfrutarás más si... si quieres apreciar las texturas, el movimiento de los trajes y las expresiones faciales de los personajes, ve a verla en 2D, si quieres quedar abrumado en la escena de los farolillos, ve a verla en 3D.
Presta especial atención: al comienzo de la cinta, da las claves para comprender todo lo demás.
La mejor escena: la de la taberna, que nos recuerda inevitablemente a la escena de Gastón en La bella y la bestia, pero con la que te partirás de risa.
El personaje estrella: tanto el caballo inasequible al desaliento en la persecución de Flynt como el travieso camaleón de Rapunzel son de lo más divertidos.
El talón de Aquiles: la banda sonora no es de las que recordarás el resto de tu vida. Aunque las comparaciones son odiosas, lo cierto es que El rey León o La bella y la bestia, en este sentido, se la comen con patatas. No obstante goza de otras muchas virtudes que hacen que sea una gran película.

Cisne negro, el reverso tenebroso del ballet

Película: Cisne negro
Dirección:
Darren Aronofsky
Países:
Estados Unidos
Año:
2010
Duración:
110 min.
Género:
thriller psicológico, drama
Guión:
Mark Heyman, Andrés Heinz y John McLaughlin
Producción:
Mike Medavoy, Arnold W. Messer, Brian Oliver y Scott Franklin
Música: Clint Mansell
Fotografía:
Matthew Libatique
Montaje:
Andrew Weisblum
Diseño de producción:
Thérèse DePrez
Vestuario: Amy Westcott
Distribuidora: Hispano Foxfilm

Interpretaciones:

Natalie Portman (Nina)
Vincent Cassel (Thomas Leroy)
Mila Kunis (Lily)
Barbara Hershey (Erica)
Winona Ryder (Beth)

No recomendada para menores de 12 años.


La última película de Aronofsky ha sido toda una revelación para el gran público. Para los que hemos seguido la trayectoria de este director desde Pi, no tanto, porque no esperábamos menos de él. Cisne negro es un thriller psicológico perfectamente hilado en el que descubrimos la ambición de Nina por alcanzar un puesto importante en su compañía de danza y su rotunda obsesión por conseguir encarnar a la perfección el papel del oscuro cisne caracterizado por la sensualidad y la pasión.

Para mostrar esta dualidad entre el cisne blanco que representa la pureza y la inocencia y el deseo y la seducción que desencadena el cisne negro, la película comienza con una secuencia de baile en la que vemos ese contraste, incluso desde la fotografía, con un fortísimo claroscuro. De nuevo Aronofsky retoma la película de grano grueso, aportándole un toque de realismo extra, que también consigue siguiendo muy de cerca las piezas de baile y permitiéndonos notar la respiración, el sudor y el esfuerzo de una increíble Natalie Portman. La actriz, que de niña recibió nociones de ballet, ha confesado que ha tenido que comenzar desde cero apoyándose en profesionales de la danza para poder dar el papel y llegando a adelgazar muchísmo (más de diez kilos). Además en el rodaje conoció a su actual pareja, el coreógrafo Benjamin Millepied, con el cual espera su primer hijo.

El director ha tratado así de retratar el enorme esfuerzo que realiza una bailarina profesional de ballet, lo que se muestra incluso en los detalles más aparentemente insignificantes como son la preparación de las zapatillas de ballet rajando las suelas, cosiendo las cintas y mojando las puntas para adaptarlas a los pies.


Para el marathoniano rodaje, que duró tan solo 42 días, Aronofsky optó por rodar el 16 mm., (yendo totalmente a contracorriente de la tendencia actual) lo que le da una textura muy especial a la cinta. Y si podemos establecer algún tipo de paralelismo con sus obras anteriores quizás podríamos ponerla en relación a Pi, por el retrato de una mente perturbada y con El luchador por la forma en la que se muestra el esfuerzo físico y la tensión psicológica a la que se ven sometidas las personas que participan en competiciones.

La película, que está nominada a 5 Oscars (mejor película, mejor fotografía, mejor edición, mejor director y mejor actriz principal), tiene prácticamente seguro este último y hay que resaltar también la fantástica dirección de actores y el montaje, que son también dignos de la estatuilla.


Nota: 9,5/10
Presta especial atención a: la kafkiana metamorfosis de Nina antes de estrenar la obra y la tortuosa relación de Nina (que pugna por dejar de reprimir su sexualidad y por hacerse una mujer) con su castradora madre, que proyecta en ella sus deseos frustrados y a la vez trata de ahogar sus ambiciones profesionales.
La mejor escena: en la redacción de Quiero Cine hemos tenido muchas dudas porque hay muchos momentos realmente buenos, pero hemos optado por la escena en la que Nina ensaya sola frente al espejo y su reflejo deja de obedecer sus movimientos.
El mejor plano: aquél en el que Nina extiende sus brazos como si fueran alas y a su espalda dos enormes sombras las muestran como si allí estuvieran. Ese plano muestra toda la esencia de la película: lo que Nina es y aquello en lo que se convierte.
Disfrutrarás más si... después de la película la analizas un poco. Nada está sujeto al azar, el montaje es muy preciso y todo nos conduce a la idea principal. Es una película redonda que juega con la definición etimológica de la perfección: la finitud.
Una reflexión: la extremada delgadez de Nina, su evidente problema con la comida y la obsesión del entorno con la eterna juventud y los cuerpos casi de niña de las bailarinas se reflejan a la perfección en la película, que de alguna manera realiza también una dura crítica a la presión a la que se somete a estas mujeres, condenadas a no madurar para poder seguir trabajando.

Un santuario para olvidar

Película: El santuario
Dirección:
Alister Grierson
Países:
Estados Unidos y Australia
Año:
2011
Duración:
105 min.
Género:
acción, drama
Guión:
John Garvin y Andrew Wight
Producción:
Andrew Wight
Producción ejecutiva:
James Cameron, Ben Browning, Michael Maher, Peter Rawlinson y Ryan Kavanaugh
Música:
David Hirschfelder
Fotografía:
Jules O’Loughlin
Montaje:
Mark Warner
Diseño de producción:
Nicholas McCallum
Distribuidora:
Aurum

Interpretaciones:

Richard Roxburgh (Frank)
Rhys Wakefield (Josh)
Alice Parkinson (Victoria)
Dan Wyllie (George)
Ioan Gruffudd (Carl)
John Garvin (Jim)

No recomendada para menores de 7 años.


Predecible, pretenciosa, deshonesta y fútil. Es francamente difícil extraer algo bueno de esta película salvo que el 3D está muy logrado. Esto es lo que sucede cuando a un guión lamentable le añades un reparto mal dirigido y peor fotografiado.

A pesar de que desde el comienzo nos avisan de que la película está inspirada en hechos reales, esa inspiración es tan ínfima que habrían hecho mejor obviando este comentario. Todo comienza cuando un grupo especializado de espeleólogos y submarinistas que están investigando la ruta de salida al mar de una cueva se ven atrapados por una tormenta. Desde el principio nos dan a entender las malas relaciones del “líder” de la expedición con todos los implicados, sobre todo con su hijo al cual aparentemente obliga a participar en ese tipo de expediciones. Aquí ya encontramos el tópico del hijo enfrentado al padre, tan típico como manido.

Para colmo de males, ese supuesto líder es el perfecto contraejemplo de lo que es un profesional: nunca motiva a su equipo y la mayoría de sus miembros están cansados y/o enfermos, siendo expuestos a peligros innecesarios. Insiste en irse a bucear sólo porque está emperrado en encontrar el otro lado de la cueva (una de las normas básicas del buceo es ir siempre con un compañero), cuando su compañera le dice que va con él para no dejarle solo, a él le da igual que lleve 17 días sin haber visto la luz y que encima está agotada (otra de las normas básicas del buceo es estar bien descansado) y para colmo de males cuando ya están bajo el agua insiste en meterse por un agujero minúsculo sin el equipo completo, no lleva la bombona de repuesto ni un regulador de repuesto (otra de las normas básicas es llevar los equipos adecuados y los repuestos imprescindibles que eviten tragedias).

La película está envuelta en toda una serie de desaciertos, incidiendo constantemente en un individualismo enfermizo. Por ejemplo, cuando surge un problema con el respirador de su compañera porque tiene una fuga, el "líder" es incapaz de compartir el aire con ella (se supone que tienen un equipo tecnológico de lo más moderno pero al final no le sirve de nada). Y para colmo de males cuando vuelve con los demás (con el cadáver de su compañera) le echa la culpa al hijo por no haber llevado los repuestos a tiempo. Es decir, que obliga a todo el mundo a hacer su santa voluntad y a la vez les incita a actuar por su cuenta, hasta que, cuando ya no hay remedio, dice que tomaron sus propias decisiones.

La película es un auténtico un insulto al espectador que, ingenuo, espera entender algo de ese sin sentido gore, con trazas machistas y estúpido. Pero sobre todo me pregunto en qué piensan cuando la recomiendan para menores de 7 años. El cine estaba atestado de niños asistiendo a un espectáculo bochornoso: un lenguaje inapropiado, escenas de gran crueldad, muertes sanguinolientas e increíblemente cochinas... y un ejemplo lamentable.

Nota:
2/10

Presta especial atención a: las incoherencias que se suceden una tras otra, todo carece de lógica.
La mejor escena: los brevísimos momentos iniciales en los que se ve algo de naturaleza y poco más, el resto es puro tópico que no llega ni a entretener.
Lo más lamentable: probablemente que carece de sentido del humor, las frases engoladas se suceden en un vaivén de imágenes que no parecen buscar otra cosa que ser efectistas (sin éxito, encima por predecibles e infantiles).

Más allá de la vida: compartiendo interrogantes


Película: Más allá de la vida
Dirección: Clint Eastwood
Guión:
Peter Morgan
Producción:
Clint Eastwood, Kathleen Kennedy y Robert Lorenz
Música:
Clint Eastwood
Fotografía:
Tom Stern
Montaje:
Joel Cox y Gary D. Roach
Diseño de producción:
James J. Murakami
Vestuario:
Deborah Hopper
Distribuidora:
Warner Bros. Pictures International España


Interpretaciones:

Matt Damon (George)
Cécile De France (Marie Lelay)
George y Frankie McLaren (Marcus/Jacob)
Jay Mohr (Billy)
Bryce Dallas Howard (Melanie)
Marthe Keller (Dra. Rousseau)
Thierry Neuvic (Didier)

No recomendada para menores de 7 años.


Resulta difícil definir qué siente el espectador al ver esta película: por un lado resulta de una honestidad y una intimidad desbordantes, pero, por otro lado es como ni no llegara a cuajar del todo. Varias historias en las que la muerte es la protagonista, se entrecruzan de forma fortuita dando paso a la esperanza, a la fe en la vida.

Por un lado, George, que es una persona con poderes para entrar en comunicación con los muertos y que, hastiado de este don que él percibe más como una maldición, trata de dejar atrás su vida como médium. Por otro, Marie, que ha resultado ser una de las pocas supervivientes de un brutal tsunami tras tener una experiencia cercana a la muerte. Para finalizar el triángulo, Marcus pierde a su hermano gemelo y busca respuestas. Será él el nexo de unión entre ambos personajes.

La película, además de criticar duramente a los impostores que se ganan la vida engañando a los que necesitan ayuda para encontrar amparo (videntes, brujos, pseudo-científicos, etc.) arremete también contra las personas que, como el hermano de George, tratan de beneficiarse de los demás sin piedad, a pesar de su voluntad.

El gran acierto de la película es sin duda dejarnos pensando. ¿Existe el más allá? ¿Pueden nuestros seres queridos cuidarnos desde allí? ¿Puede alguien contactar con ellos? Pues no lo sabemos, pero la certeza que nos queda es que podemos y debemos vivir en el más acá, puesto que solo se vive una vez. En este sentido el film es un auténtico canto a la vida, a pesar de estar permanentemente hablando de la muerte y se configura como un engranaje que va desde el ubi sunt? al carpe diem final.

Nota:
6,5/10

Presta especial atención a: las magníficas interpretaciones de los niños George y Frankie McLaren, auténticas estrellas revelación del film y de cómo Eastwood es capaz de sacar lo mejor de un Matt Damon muy contenido demostrando sus dotes y sus conocimientos como director de actores. Cécile De France también destaca especialmente en el elenco, configurando un complejo personaje que necesita llegar hasta el final de las cosas. Sublime.
La mejor escena: nos quedamos con el tsunami que abre la película, magníficamente rodado, con un grado de realismo inusitado.
Un punto de inflexión: en un momento dado la película pierde fuelle, incidiendo sobre caminos ya transitados, lo que imposibilita que la trama alcance un clímax. A esta película le falta ese algo en el guión que podría haberla convertido en una gran película, pero por lo demás rezuma talento a todos los niveles.

Últimas palabras de Álex de la Iglesia antes de abandonar la presidencia de la Academia de Cine

El día de hoy ha llegado porque hace 25 años, doce profesionales de nuestro cine, en medio de una crisis tan grave como la nuestra, caminaron JUNTOS a pesar de sus diferencias. Quiero empezar este discurso felicitando a los fundadores de la Academia.

No sólo ellos, sino todos los que me han precedido en esta institución, vicepresidentes, miembros de las juntas directivas y el conjunto de los académicos, nos han traído esta noche aquí, al Teatro Real, para celebrar el 25º aniversario de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas y la existencia misma de los premios Goya. A todos, muchísimas gracias.

PUEDE PARECER que llegamos a este día separados, con puntos de vista diferentes en temas fundamentales. Es el resultado de la lucha de cada uno por sus convicciones. Y NADA MÁS. Porque en realidad, todos estamos en lo mismo, que es la defensa del cine. Quiero por ello felicitar y agradecer a todos los que estáis aquí, por caminar juntos en la diferencia, y hasta en la divergencia.

Hacemos mucho ruido, pero es que esta vez, hay muchas nueces. El choque de posturas es siempre aparatoso y tras él surge una nube de humo que impide ver con claridad. Pero la discusión no es en vano, no es frívola y no es precipitada.

No podemos olvidar lo más importante, el meollo del asunto. Somos parte de un Todo y no somos NADIE sin ese Todo. Una película no es película hasta que alguien se sienta delante y la ve. La esencia del cine se define por dos conceptos: una pantalla, y una gente que la disfruta. Sin público esto no tiene sentido. No podemos olvidar eso JAMÁS.

Dicen que he provocado una crisis. Crisis, en griego, significa "cambio". Y el cambio es ACCION. Estamos en un punto de no retorno y es el momento de actuar. No hay marcha atrás. De las decisiones que se tomen ahora dependerá todo. Nada de lo que valía antes, vale ya. Las reglas del juego han cambiado.

Hace 25 años, quienes se dedicaban a nuestro oficio jamás hubieran imaginado que algo llamado INTERNET revolucionaría el mercado del cine de esta forma y que el que se vieran o no nuestras películas no iba a ser sólo cuestión de llevar al público a las salas.

Intenet no es el futuro, como algunos creen. Internet es el presente. Internet es la manera de comunicarse, de compartir información, entretenimiento y cultura que utilizan cientos de millones de personas. Internet es parte de nuestras vidas y la nueva ventana que nos abre la mente al mundo. A los internautas no les gusta que les llamen así. Ellos son CIUDADANOS, son sencillamente gente, son nuestro PUBLICO.

Ese público que hemos perdido, no va al cine porque está delante de una pantalla de ordenador. Quiero decir claramente que NO TENEMOS MIEDO a internet, porque internet es, precisamente, la SALVACION de nuestro cine.

Sólo ganaremos al futuro SI SOMOS NOSOTROS LOS QUE CAMBIAMOS, los que innovamos, adelantándonos con propuestas imaginativas, creativas, aportando un NUEVO MODELO DE MERCADO que tenga en cuenta a TODOS los implicados: Autores, productores, distribuidores, exhibidores, páginas web, servidores, y usuarios. Se necesita una crisis, un cambio, para poder avanzar hacia un nueva manera de entender el negocio del cine.

Tenemos que pensar en nuestros derechos, por supuesto, pero no olvidar NUNCA nuestras OBLIGACIONES. Tenemos una RESPONSABILIDAD MORAL para con el público. No se nos puede olvidar algo esencial: hacemos cine porque los ciudadanos NOS PERMITEN hacerlo, y les debemos respeto, y agradecimiento.

Las películas de las que hablamos esta noche son la prueba de que en este país nos dejamos la piel trabajando. Sin embargo, el mismo esfuerzo o mayor hicieron tantas otras películas que NO HAN LLEGADO a los sobres de las candidaturas. Ellos tambien se merecen estar aqui, porque han trabajado igual de duro que nosotros.

Quiero despedirme en mi última gala como presidente, recordando a todos los candidatos a los Goya TAN SÓLO una cosa: qué más da ganar o perder si podemos hacer cine, TRABAJAR en lo que más nos gusta. No hay nada mejor que sentirse LIBRE creando, y compartir esa alegría con los demás. Somos cineastas, contamos historias, creamos mundos para que el espectador viva en ellos. Somos más de 30.000 personas que tienen la inmensa suerte de vivir fabricando sueños. Tenemos que estar a la altura del PRIVILEGIO que la sociedad nos ofrece.

Yo creo, con toda humildad, que si queremos que nos respeten, hay que respetar primero.

Y Por último, me gustaría contarle algo al próximo Presidente de la academia, que ya me cae bien, sea quien sea: estos han sido los dos años más felices de mi vida. He conocido gente maravillosa de todos los sectores de la industria. He visto los problemas desde puntos de vista NUEVOS para mí, lo que me ha enriquecido y me ha hecho mejor de lo que era. He comprobado que trabajar para los demás es una experiencia extraordinaria por muy duro que resulte en un principio, y sobre todo: han pasado 25 años MUY BUENOS, pero nos quedan muchos más, y seguro que serán MEJORES.

Buenas noches.

Y los ganadores son...

Buenafuente ha conducido una gala correcta aunque excesivamente larga, menos brillante que la anterior, pero con microespacios muy divertidos. Eso sí: los discursos muy largos, se han relajado en esta edición y la gala se ha alargado bastante innecesariamente.

Los errores más graves de la gala: se nombró a Federico Luppi en lugar de a Mario Camus cuando se presentó el Goya honorífico, la realización de la sección in memoriam fue un desastre que impidió a los telespectadores visionar los rostros de los homenajeados, y, sobre todo, ¿¿¿qué hacía Pajares presentando el premio a la mejor actriz??? Cosas que pasan.

Lo mejor de la gala los cortos de Producciones Patilleras, con diferencia, y un estupendo Buenafuente, como siempre.

Enhorabuena a los premiados:

Goya honorífico
Mario Camus

Mejor película

Pan Negro (Pa negre)

Mejor película documental
Bicicleta, cuchara, manzana

Mejor película de animación
Chico y Rita de Fernando Trueba

Mejor director/a
Agustí Villaronga por Pan negro

Mejor dirección novel
David Pinillos por Bon appétit

Mejor actor
Javier Bardem por Biutiful

Mejor actriz
Nola Navas por Pan negro

Mejor actor de reparto
Karra Elejalde por También la lluvia

Mejor actriz de reparto
Laia Marull por Pan Negro

Mejor actor revelación
Frances Colome por Pan negro

Mejor actriz revelación
Marina Comas por Pan negro

Mejor película europea
El discurso del rey

Mejor película hispanoamericana
La vida de los peces

Mejor cortometraje de ficción español
Una caja de botones de María Reyes

Mejor cortometraje documental español
Memorias de un cine de provincias de Ramón Margareto

Mejor cortometraje de animación español
La bruxa de Pedro Solís

Mejor guión original
Chris Sparling por Buried

Mejor guión adaptado
Agustí Villaronga por Pan negro

Mejor música original
Alberto Iglesias por También la lluvia

Mejor canción original
"El soneto que nos tome por sorpresa" (Lope)

Mejor dirección de producción
Cristina Zumárraga por También la lluvia

Mejor dirección de fotografía
Antonio Riestra por Pan negro

Mejor dirección artística
Ana Alvargonzález por Pan negro

Mejor montaje
Rodrigo Cortés por Buried

Mejor maquillaje y/0 peluquería
José Quetglas, Pedro Rodríguez "Pedrati" y Nieves Sánchez Torres por Balada triste de trompeta

Mejores efectos especiales
Reyes Abades y Ferrán Piquer por Balada triste de trompeta

Mejor diseño de vestuario
Tatiana Hernández por Lope

Mejor sonido
Urko Garai, Marc Orts y James Muñoz por Buried

Primos, algo más que una comedia

Película: Primos
Dirección y guión: Daniel Sánchez Arévalo
País: España
Duración: 97 min.
Género: comedia
Producción: Fernando Bovaira y José Antonio Félez
Música: Julio de la Rosa
Fotografía: Juan Carlos Gómez
Montaje: David Pinillos
Dirección artística: Curru Garabal y Satur Idarreta
Vestuario: Fernando García
Distribuidora: Warner Bros. Pictures International España

Interpretaciones:
Quim Gutiérrez (Diego)
Raúl Arévalo (Julián)
Adrián Lastra (Miguel)
Inma Cuesta (Martina)
Antonio de la Torre (Bachi)
Clara Lago (Clara)
Nuria Gago (Yolanda)
Alicia Rubio (Toña)
Marcos Ruiz (Dani)

No recomendada para menores de 7 años.


Hacer reír es ya de por sí un valor al alza en el cine nacional, en el que faltan apuestas por la comedia con trasfondo. En este caso, nos encontramos con una cinta de un Daniel Sánchez Arévalo más maduro que nunca como director y con un guión de lo más sorprendente. No tanto en sí por la evolución de la trama como por la dimensión de los personajes, sobre todo los femeninos, a los que dota de una complejidad muy de agradecer por parte el espectador cansado de clichés.

La película cuenta muchas, pero que muchas cosas, no solo sobre la complejidad de las relaciones humanas y de la dificultad de tomar decisiones en la vida sino, sobre todo del amor: del amor de pareja, del amor entre amigos, del amor filial, del amor al cine... todo en la película rezuma amor sin ser sentimentaloide. Y eso que es una comedia romántica... Es por ello que tiene un gran mérito aparte de estar impecablemente rodada con una fotografía, en algunos momentos, preciosista, que nos produce hasta ganas de viajar a Comillas.

Una de las mejores películas españolas que hemos visto últimamente y de lo mejor en cuanto al género del humor porque enternece sin cansar y emociona sin ser excesivamente dramática.

Nota: 9/10
Presta especial atención a: la fotografía y el montaje.
Disfrutarás: con el playback de los Backstreet Boys (muy bien montado).
La mejor escena: nos quedamos con el monólogo que abre la trama. Es una apertura singular.
La revelación: Adrián Lastra, en su papel de hipocondríaco con tendencia a la depresión. Su personaje era muy bueno, y su interpretación, estupenda. Mención aparte merece la química entre él y el niño, cuya madre, Inma Cuesta, se revaloriza en cada papel como actriz.

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Jane Badler, nueva musa de Quiero Cine

Ayer se estrenó en TNT la segunda temporada de V, de la que sin duda lo mejor será la recuperación del personaje de Diana, encarnado por la incombustible Jane Badler. Virginia Vila y una servidora, Raquel Hernández, estuvimos presentes en el preestreno con fines solidarios de la serie. No obstante, antes de entrar tuvimos que enfrentarnos a duras pruebas... además de pasar por un control de visitantes.

Allí tuvimos el placer de ver a la actriz, que además de estar guapísima y ser muy coqueta (nos hizo un paseillo frente al fotocall, incluso), derrochó simpatía con los fans y la prensa con los que charló largo y tendido. Y todo eso después de habérselo estado pasando pipa en El hormiguero, donde por cierto no paró de flirtear con Marron...

Aún así tuvo tiempo de firmar fotos y camisetas y, eso sí, no desveló ningún secreto de la trama de esta segunda temporada aunque sí tuvo tiempo de agradecer al fenómeno fan su insitencia para que la serie incluyera a su personaje. Y es que muchos somos los que hemos crecido viendo esa serie y disfrutando con la mítica Diana; retomar la serie sin ella era como un elefante sin trompa.


Esperamos ver más y conocer cuál será su papel en las nuevas tramas que se avecinan y que según la promo desembocarán ni más ni menos que en la guerra entre humanos y visitantes. Solo esperamos que el resto del elenco esté a la altura y mejore un tanto el rumbo con los nuevos episodios.

¿Has visto ya los nuevos episodios? ¿Qué opinas de los esqueletos de visitantes? Dientes afilados, cola mortífera y ojillos aviesos... ¿Quién da más?