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CRÍTICA Rush

Mismo objetivo pero dos maneras totalmente diferentes de ver la vida. Rush cuenta una parte de la vida del piloto austriaco de Fórmula 1 Niki Lauda (Daniel Brühl) y su rivalidad con el también piloto británico James Hunt (Chris Hemsworth). No pueden ser más diferentes entre sí aunque luchan por lo mismo: por el título de campeón del mundo.

James Hunt es un loco de la velocidad al que no le importa ponerse al límite cada segundo aunque esté en riesgo su vida, sin embargo Niki Lauda siempre optimiza los recursos, minimiza el riesgo y saca el mayor provecho del coche y de sí mismo, en varias ocasiones le oímos decir que aunque es plenamente consciente del peligro de su profesión, arriesga ese 20% que conlleva la misma, pero ni un 1% más. De hecho el día que lo hace, a sabiendas de la dificultad, sufre un terrible accidente que le quema gran parte del cuerpo y rostro. Con gran fuerza de voluntad intenta salir adelante a pesar de la crudeza de lo acontecido.

Daniel Brühl como Niki Lauda en Rush
La película, a pesar de que a veces llega a resultar estresante, es muy emocionante y deja buen sabor de boca puesto que vemos a un luchador solitario en quien casi nadie cree al principio, que en general no cae bien a la gente pero que se abre camino con ahínco y se ve que, en lo que se empeña, lo pelea y lo consigue. En el caso de James Hunt vemos cómo aprovecha sus capacidades de otra forma, vive cada momento como si fuera el último, derrocha simpatía y le llueven los admiradores, casi siempre está contento y vive al máximo rodeado de gente que le adora.

Chris Hemsworth es James Hunt en Rush
A pesar de su enfrentamiento son capaces de apreciarse el uno al otro a la vez que se enfrentan continuamente, digamos que es como su motivación una especie de "no puedo vivir sin ti pero contigo tampoco".

Cuando Niki Lauda sufre el grave accidente, tres pilotos no dudan en intentar ayudarle para sacarle del coche en el que queda atrapado y que estaba quemándole. Niki a pesar de tener una mente fría y calculadora quedará eternamente agradecido a sus salvadores (rivales minutos antes).

Recreación del accidente de Niki Lauda en Rush
El accidente estuvo a punto de quitarle la vida hasta el punto de que, malhumorado como casi siempre, en su casi-lecho de muerte del hospital, saca fuerzas de no se sabe dónde y manda a freír espárragos al cura que se disponía a darle la extremaunción. Su mujer, interpretada por Alexandra María Lara muestra en cada momento con sus enormes ojos llenos de expresividad el sacrificio vivido por el entorno de los pilotos de las escuderías, la representación del precio de esta profesión tan difícil, llena de altibajos, sinsabores y sobrecogimientos, por una parte la fama y las alegrías y por otra el peligro que está "a la vuelta de la curva".

El director Ron Howard sabe cubrir el ámbito trepidante de la carrera y la velocidad a la vez que construye unos personajes a los que se les coge cariño y a los que entiendes perfectamente aunque cada uno tenga su forma de ser, hasta el punto que el espectador llega a tener una lucha interna sin saber a cual prefiere, pero… sólo puede ganar uno.

 “Un sabio saca más de sus enemigos que un necio de sus amigos”
Lo mejor: La sensación de velocidad, saben reflejar la emoción de las carreras como si estuviera pasando en directo, la música y la fotografía te transporta a los años 70 y sin darte cuenta te sientes como si estuvieras dentro de la carrera. Las imágenes reales de los pilotos al final de la película, es muy emocionante, además refleja la excelente interpretación de la pareja antagónica (Brühl - Hemsworth) que sabe transmitir una química especial mezcla de rivalidad-admiración.

Lo peor: El accidente sufrido por Lauda, parece real de lo bien hecho que está, da muchísima angustia. Cuando James Hunt vomita cada dos por tres, aunque forma parte del desarrollo y se entiende por estar justificado es un poco asqueroso.

Dedicatoria: Me gustaría hacer mención a la piloto de Fórmula 1, María de Villota, recientemente fallecida debido a las lesiones provocadas por un terrible accidente hace más de una año. Ella también luchó por un sueño hasta el último día y, consciente del peligro, arriesgó por verlo cumplido, lástima que nos dejara tan pronto. Siempre será un símbolo de lucha y dedicación difícil de olvidar.

-Alicia Hernández Luján-

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